CORRESPONDENCIA

En Correspondencia (2008-2009), Laureana Toledo con la colaboración de John Taylor, parte del Pop para reflexionar sobre el desplazamiento de las identidades contemporáneas que se debaten entre lo local, lo internacional y los límites entre el arte y la vida. En el año 2008, Laureana estaba en Birmingham, Inglaterra con la intención de producir una pieza que señalara cómo el tránsito de un individuo por una ciudad puede causar que lugares específicos generen recuerdos distintos en la memoria del mismo. En medio de esto se denotó un gesto que raya en lo absurdo al notar que tres de sus bajistas favoritos como John Paul Jones de Led Zeppelin, John Entwistle de The Who, y John Taylor de Duran Duran se llamaban John, Toledo comenzó rastrear más bajistas llamados John en las calles y estudios de Birmingham. Según la artista, el bajo como instrumento dentro de una banda generalmente tiene un papel secundario, pese a que este sea la base de la melodía. Toledo asocia esta noción del bajo con la posible similitud que podría existir entre Birmingham y la Ciudad de México, ciudades que en algún momento de su historia han adoptado un papel secundario con respecto a otros centros culturales. En esta búsqueda por lo enfático de un papel secundario, Toledo se puso a contactar bajistas llamados John. Tras muchos intentos de comunicación, el único que respondió fue John Taylor de Duran Duran— quien se crió en Birmingham, Inglaterra. Así empezó la colaboración entre ambos; con orígenes y disposiciones artísticas distintas iniciaron un diálogo sobre la geografía, la música y sus experiencias de vida.

En Correspondencia, Taylor deja atrás la música para convertirse en artista visual, mientras que Toledo adopta nuevas prácticas. La pieza es el resultante de varias expresiones artísticas. Toledo filmó con una cámara Súper 8 escenas de la cotidianidad de Birmingham, como la gente, el tráfico, las calles y los museos. Taylor hizo lo mismo en la Ciudad de México. Con dos perspectivas de ciudades mediadas por el lente, Toledo transformó dicha información en dos videos que son presentados simultáneamente en una instalación. Aunque por momentos uno puede reconocer lugares definidos, es difícil discernir cuáles imágenes fueron filmadas por Taylor o Toledo. La contraposición de ambos videos presenta una conversación entre ellos entrelazada por canciones populares de Rock de ambas ciudades. El diálogo divaga en un juego de traducciones que relata sus experiencias personales, como seres que hoy se encuentran alejados de sus lugares de origen. Como parte de esta colaboración, Taylor editó Próximo. Este periódico recompone los pedazos de la conversación transformando dichas pláticas en noticias ficticias. Finalmente, en un concierto de Duran Duran en el Fillmore de San Francisco, California, el sonido del bajo de Taylor fue aislado de la consola para denotar el vigor y belleza de su ritmo. Éste se escucha en un amplificador cerca de la entrada de la galería. Dirigidos por la cadencia de un son en conjunto, todos estos pedazos evidencian la desintegración de un encuentro entre dos personas, idiomas, culturas y circunstancias. El interés de Toledo y Taylor por la música los encaminó a asumir nuevas posturas artísticas y a comprender sus diferencias culturales, para descubrir la similitud que existe entre cada uno de nosotros, nuestros entornos y nuestros fragmentos.